domingo, 7 de octubre de 2012

2. LOS REINOS GERMÁNICOS.

Los bárbaros o germánicos sometieron a la población militarmente, pero no impusieron su forma de vida, sino que adoptaron las costumbres y formas de vida de los pueblos que conquistaron.
Hablaban el latín. Tenían las mismas leyes que los romanos. La novedad era que las leyes eran orales, ya que estaban mucho menos desarrollados que los romanos. Con el tiempo hablaban el latín a la perfección, y practicaban el cristianismo, su misma religión. Con esto, se fueron uniendo la población autóctona con los pueblos germánicos.

La economía y la sociedad de estos nuevos reinos, seguían teniendo las mismas características que el Imperio Romano, aunque estuvieran en crisis.

La población de la ciudad se va a las zonas rurales en el siglo III, esto creó más inestabilidad y crisis en las ciudades. Buscaban la protección de los grandes latifundistas (propietarios de grandes tierras).
 
Las guerras en los reinos, los saqueos y ataques constantes, de los pueblos bárbaros creó una grandísima inestabilidad.

El comercio disminuyó, ya que las calzadas quedaron en desuso. La agricultura y la ganadería, fue para el autoconsumo, ya que no había excedentes para poder comercializar. La economía quedó ligada a la agricultura y a la ganadería.

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2.1. El reino visigodo de Hispania.

A principios del siglo V, llegaron los pueblos germánicos a la Península Ibérica. Los primeros fueron los suevos, los vándalos y los alanos.

Los visigodos estaban en la Galia y eran aliados del Imperio Romano. El Imperio les pidió ayuda para echar a los vándalos y alanos junto con los suevos de Hispania. Los visigodos, después de expulsar a vándalos y alanos y limitar a los suevos en la zona de Galicia, volvieron a la Galia, siendo derrotados por los francos en la batalla de Vouillé en el año 507.

Los visigodos establecen su reino en Hispania, estableciendo como capital, Toledo.


Una vez instalados, con el rey Leovigildo (573-586) a la cabeza, consiguieron conquistar casi toda la Península Ibérica, no pudieron echar a los suevos que se instalaron en el norte de la Península, pero esa parte no les interesaba porque todo eran montañas y hacía mucho frío en el norte.

Los visigodos eran una minoría, porque había como unos 200.000 visigodos, y unos 4 o 5 millones de la población autóctona (hispanorromanos). Los visigodos impusieron su poder militar y político.

La convivencia entre los dos pueblos era muy complicada, permaneciendo mucho tiempo separados, con idiomas y leyes diferentes hasta que el rey Recaredo y gran parte de los visigodos, se convirtieron al catolicismo en el 589.
 
Los reyes siguientes, recopilaron todas las leyes romanas y visigodas en el código llamado LIBER IUDICIORUM.

 

Gracias a esta recopilación, se conservan las leyes romanas, ya que las visigodas eran orales y no fueron escritas.

2.2. El reino de los francos.

En el siglo V, los francos se situaron en el norte de la Galia, en Bélgica y en la Germanía.

En el 507 (batalla de Vouillé) el rey Clodoveo, rey de los francos, echó de la Galia a los visigodos hacia Hispania.

El rey Clodoveo se convirtió al catolicismo y sus descendientes fueron los reyes Merovingios, que son conocidos como "reyes holgazanes", que reinaron en un reino unificado y con una importante población galorromana.

El reino de los francos fue el que tuvo mayor duración. El reino franco en el siglo VIII es el estado más importante y más poderoso de Occidente.

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2.3. De Britania a Inglaterra.

La isla de Britania (actual Gran Bretaña), había sido conquistada en el siglo I por Roma, pero su romanización no fue muy intensa. A partir del siglo IV fue invadida por pueblos procedentes de la Península de Jutlandia, que eran 3 pueblos: anglos, sajones y jutos.

Éstos formaron 7 reinos distintos, conocidos como la Heptarquía, y arrinconaron a la población autóctona celta, llamados los britanos y de los cuales muchos terminaron huyendo a la Galia y a Escocia.

Más tarde, en el siglo IX los reyes anglosajones tuvieron que hacer frente a las invasiones Vikingas: Noruegos, y Daneses, que terminaron dominando la isla en el siglo XI.





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