jueves, 30 de mayo de 2013

TEMA 6. LA FORMACIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS Y LA REPOBLACIÓN.

1.     LA FORMACIÓN DE LOS REINOS CRISTIANOS.

El reino de Asturias.

Los visigodos que habían huido después de la derrota de Guadalete (la mayoría nobles), se refugiaron en la Cordillera Cantábrica. Pelayo en el 722, obtuvo la victoria en la batalla de Covadonga. Esto marca el inicio de la Reconquista.
Los sucesores de Pelayo más importantes son Alfonso I y Alfonso II, que crearon un reino alrededor de la ciudad de Oviedo independiente del dominio musulmán.

El reino de León.

El rey de Asturias Alfonso III aprovechó la debilidad de los emires cordobeses y ocuparon los territorios hasta el río Duero, llevando gente de Galicia, País Vasco, cántabros y mozárabes que habían huido, comenzando la repoblación principalmente de campesinos.
Para controlar mejor el territorio y proteger a los campesinos, se trasladó la capital a León (854) y Alfonso III se convirtió en rey de León. Comienza así el reino de León.
Durante el siglo X, en la época del Califato, se realizaron expediciones musulmanas muy violentas (razzias) y Almansur hizo la mayoría destruyendo muchas ciudades leonesas.

El condado de Castilla

En sus orígenes, el territorio de Castilla era frontera oriental del reino de León. Era una zona escasamente poblada y muy expuesta a los ataques musulmanes.
Alfonso III fortificó este territorio con la construcción de numerosos castillos y fundó la ciudad de Burgos. Recibió el nombre de Condado de Castilla.
Uno de sus condes, Fernán González, consiguió independizarse y transmitió el poder en herencia a su hijo.

Los condados y reinos pirenaicos

Marca eran territorios defensivos localizados en la frontera del Imperio Carolingio. Estaban gobernados por duques o marqueses que tenían bajo su mando un ejército. En concreto, en el siglo IX, el rey franco Carlomagno realizó varias expediciones contra los musulmanes a Al-Ándalus por la necesidad de proteger la frontera de su reino frente a los musulmanes, construyendo esta franja protectora fuertemente fortificada a lo largo de los Pirineos. Esta franja se llamó Marca Hispánica y se dividió en condados gobernados por condes que dependían del rey franco.

Los condados aragoneses

Estaban formados por Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. A principios del siglo IX, estos Condados aragoneses consiguieron desvincularse de la tutela de los reyes francos y convertirse en independientes, y en el siglo X los condados se situaron bajo la influencia del reino de Pamplona.
El dominio de los francos sobre el condado catalán fue más duradero que en Aragón o Pamplona y el más extenso era el de Barcelona. En el año 978, el conde de Barcelona Borrel II se negó a rendir juramento de fidelidad al rey franco y sus dominios se convirtieron en hereditarios.

La creación del reino de Pamplona

A principios del siglo IX, el conde de Pamplona Iñigo Arista logró independizarse expulsando a los gobernadores francos.
Los jefes de este Estado empezaron a llamarse a sí mismos reyes y constituyeron en el año 830 del reino de Pamplona, que posteriormente sería el reino de Navarra.
A partir del siglo X, el rey de Navarra Sancho Garcés I consiguió numerosas victorias contra los musulmanes y extendió su reino por las actuales provincias de Álava y La Rioja.
El reino conoció su máxima expansión en el siglo XI bajo el reinado de Sancho III el mayor, que consiguió unir bajo su cetro a Castilla, Pamplona y Aragón, pero a su muerte el reino se dividió entre sus hijos:
      García Sánchez el reino de Pamplona.
      Fernando el condado de Castilla.
      Gonzalo los condados de Sobrarbe y Ribagorza.
Ramiro el condado de Aragón. (Gonzalo murió al poco tiempo y Ramiro se quedó con sus territorios).









2.     LA RECONQUISTA Y LA REPOBLACIÓN.

La expansión en los siglos XI – XIII

En el año 1031, cuando el Califato se descompuso en reinos de Taifas, desapareció la inferioridad militar de los reinos cristianos. Castilla y León iniciaron una fuerte presión militar sobre los Taifas en el siglo XI.
Los musulmanes para defenderse de estos ataques, se comprometieron a pagar unos tributos llamados parias, e hizo que los reinos cristianos se enriquecieran y fortalecieran, amurallando sus ciudades y abasteciendo su ejército.
Los cristianos hicieron muchas conquistas por el valle del Tajo. El hijo de Fernando I de Castilla se había dedicado a expandirse y su hijo Alfonso VI continuó, ocupando Toledo en 1085.
Al morir Alfonso VI, repartió su reino: Castilla y León a su hija Urraca y el condado de Portugal a su hija Teresa.
En 1128 el hijo de Teresa, Alfonso Enriquez, se proclamó rey independiente de Portugal.

La repoblación. Es la ocupación de las tierras que se habían mantenido deshabitadas o que los reyes cristianos habían conquistado liberándolas de los musulmanes. Estas tierras se convertían en propiedad del rey, que las entregaba a los nobles en pago de sus servicios militares o a monjes que fundan monasterios o a campesinos libres para que se las repartieran.
Hay dos tipos de repoblaciones:

Repoblaciones libres. A mediados del siglo IX, se asentaron de forma masiva cerca del valle del Duero y provenían de los condados pirenaicos. En estas zonas se formaron comunidades de campesinos libres que poseían pequeñas parcelas de tierras y habitaban en pequeños caseríos asilados pero cercanos entre sí, cuyo conjunto constituía una villa.
Los habitantes de estas villas se reunían en un Concejo donde se decidían los asuntos del concejo o colectivo (tierras, agricultura, cultivos, quien usaba el molino...).
A partir del siglo XI, los campesinos vieron la necesidad de protegerse frente a los ataques de los musulmanes y se fueron a los castillos o monasterios, creciendo el poder de los nobles y perdiendo los campesinos el dominio de sus tierras convirtiéndose en siervos.


Repoblaciones concejiles. A partir del siglo XIII, cuando los reyes cristianos conquistan territorios poblados por musulmanes, el tipo de repoblación cambió, haciéndolo de forma colectiva dirigida por nobles y eclesiásticos en ciudades fronterizas a las que se otorgaba importantes privilegios y derechos llamados fueros.

ECONOMÍA Y SOCIEDAD ANDALUSÍES.

La economía en Al-Ándalus
Entre los siglos VIII y XI hubo un gran desarrollo en la agricultura, el comercio y el artesanado. En la agricultura continuaron con los cultivos de secano (vid, olivo...) pero se introdujeron nuevos como el arroz, el azafrán, los cítricos (naranja, limón), plantas industriales (lino, esparto) y árboles frutales (palmeras, datileros y almendros). También se aplicaron métodos intensivos de cultivo de regadío, difundiendo nuevas técnicas como la noria, aumentando así la producción que se comercializaba en los mercados urbanos.
Explotaron minas de hierro, plata, oro y cobre con nuevas técnicas. Reabrieron las salinas de la costa mediterránea. La artesanía destacaba en  tejidos, cerámica, vidrio, papel y permitió el crecimiento de las ciudades con grandes barrios de artesanos. Muchos de ellos divididos por su origen  étnico y su profesión.
Se activó el comercio en las ciudades, en los zocos, que eran pequeños mercados situados en plazas. Al-Ándalus fue el centro de intercambio entre Europa y Oriente. Los musulmanes compraban y vendían esclavos eslavos (de origen germano) y del norte de África. Comercializaban con materias primas (oro, plata, sedas y especias). Gracias a este próspero comercio, se difundió el uso de la moneda como el dinar de oro y el dírhem de plata.
Dinar de oro
Dirhem de plata








La ciudad hispano-musulmana.
La sociedad musulmana se basaba en la vida urbana. Al-Ándalus era el centro de la actividad económica, administrativa, política y cultural con Córdoba como capital, que llegó a ser la mayor ciudad de Occidente. En los siglos IX y X hubo decenas de grandes ciudades en Al-Ándalus que llamaron la atención a muchos viajeros por su prosperidad y desarrollo.
Las ciudades tenían una estructura peculiar:
  • ·    La medina. Zona amurallada que era el centro de la vida pública donde se situaba la alcazaba (fortaleza) y la mezquita principal. En ella confluyen las calles principales con su zoco (mercado), su alcázar (palacio residencial del gobernador y de difícil acceso) y también había baños.
  • ·   Los arrabales. Funcionaban de forma independiente (a veces tenían una mezquita pequeña).
  • ·      Los mercados de extramuros. Donde se celebraban ferias importantes.

El plano de estas ciudades era muy irregular, eran laberínticas y estrechas y las casas parecían cerradas hacia fuera, ya que por la mentalidad musulmana, la vida familiar debía desarrollarse en privado, de espaldas al exterior.




La sociedad de Al-Ándalus
Estaba formada por una mezcla de gentes de distintas razas, incluso los conquistadores eran diferentes entre sí (bereberes, sirios y árabes). Entre el  711 y el 717, los musulmanes lograron el control de toda la Península excepto alguna parte del norte de la Península como la Cordillera Cantábrica donde muchos nobles se refugiaron.
Una parte de la población se convirtió al Islam para conservar sus tierras y los campesinos aceptaron el cambio entre unos señores y otros.
Los musulmanes eran árabes y sirios. Eran pocos pero bien situados, poseían altos cargos y se quedaron con las mejores tierras.
Los bereberes procedentes del norte de África, eran más numerosos pero menos favorecidos.
Los hispanos, es población de la península. Los muladíes eran hispanos convertidos al Islam.
Los mozárabes, son hispanos que siguieron siendo cristianos. Vivían como artesanos y comerciantes y a partir del siglo IX sufrieron muchas persecuciones y tenían que pagar muchos impuestos (aunque eran gentes del Libro, es decir del Antiguo Testamento).
Los judíos, vivían como artesanos y comerciantes, eran numerosos y destacaron en la medicina y la ciencia. También tenían que pagar muchos impuestos. Con la llegada de los almorávides y los almohades, fueron perseguidos y muchos se refugiaron en los reinos cristianos.
Los esclavos, eran de origen eslavo. Abundaban en la zona del Levante.

La cultura
Al-Ándalus se convirtió en la puerta de entrada de toda la cultura clásica y oriental transmitida por los árabes. Los centros culturales más prestigiosos estaban en Bagdad, Damasco y El Cairo, y desde allí los trajeron a Córdoba y se difundió a todos los reinos cristianos y al resto de Europa.
Los andalusíes difundieron:
·         La filosofía griega. Aristóteles fue estudiado por Averroes y por Maimónides.
·         La medicina, la botánica y la farmacología tuvieron un gran desarrollo. El médico más famoso fue el judío Avicena.
·         En astronomía y zoología hubo bastantes avances.
·         De la India transmitieron la numeración que es distinta de la romana. La brújula y el papel de origen chino, además de la pólvora.
Se desarrollaron técnicas de navegación, se inventó la vela latina (de forma triangular para poder ir contra el viento), el timón, el astrolabio (instrumento que calcula la distancia basándose en los astros y que sirve para guiarse en el mar).
Averroes

Vela latina
Maimónides


martes, 28 de mayo de 2013

TEMA 5. AL-ANDALUS

A principios del siglo VIII, los árabes ya dominaban todo el norte de África y cruzaron el estrecho de Gibraltar para comenzar la conquista de Europa.
Se encontraron con unos visigodos muy debilitados y esto hizo que se pudieran apoderar de la península rápidamente y allí permanecieron casi 8 siglos desde el 711 a 1492, fecha en que fueron expulsados.
Todavía hoy en día hay huellas en nuestro país de esta larga presencia islámica en palabras, modos de vida, arquitectura, cultura, formas artísticas, objetos, etc.
Los musulmanes crearon en España un estado llamado Al-Ándalus y durante los 800 años de su existencia fue evolucionando en organización y perdiendo territorios ante el avance cristiano. Aunque ellos buscaban someter a la población a su religión, su cultura fue una de las más desarrolladas de la Edad Media.

HISTORIA DE AL-ÁNDALUS

La conquista

El ejército musulmán que se embarcó en 711 estaba formado por los bereberes, habitantes del norte de África, y una minoría de árabes. Al mando estaba Tariq y cuando llegó, derrotó al rey visigodo Don Rodrigo en la batalla de Guadalete (711). Al ver la debilidad del rey visigodo, pidió refuerzos al norte de África y vino el general Muza, y emprendieron la conquista.
En 7 años lograron el control de toda la península salvo la Cordillera Cantábrica y alguna zona de los Pirineos donde se refugiaron algunos nobles visigodos, pero la mayoría se convirtieron al Islam. En menos de diez años ocuparon la Península, lo que a los romanos les costaron 200 años.
La facilidad con que dominaron la Península se debe a diferentes razones como:

  • 1.     Las tropas musulmanas estaban formadas por bereberes (habitantes del norte de África) convertidos al Islam. Eran muy fervorosos y combativos y creían que si morían por extender el islam irían al Paraíso. Por otra parte, los que pensaban que iban a sobrevivir sabían que iban a tener nuevos territorios donde poder asentarse.
  • 2.     La escasa resistencia que encontraron en la Hispania visigoda porque los reyes visigodos se habían enfrentado por luchas de poder y muchas veces eran dominados por bandos nobiliarios que hacían guerras internas y así dividían el poder.
  • 3.     El uso de pactos o capitulaciones con la población local, por el que si no se resistían a los conquistadores, sus tierras y personas eran respetadas, lo que hizo que firmaran pactos de vasallaje con los musulmanes.
  • 4.     El respeto que los musulmanes mostraban a las gentes del Libro (Biblia), los cristianos (mayoría) y los judíos (minoría). Esta actitud facilitó la rendición de los hispanos, que podían seguir manteniendo su religión a cambio de un impuesto especial. Los mozárabes son los hispanos que se mantienen en el cristianismo. Muchos se convirtieron al Islam. A los hispanos convertidos al Islam les llamaban muladíes.

Provincia dependiente de los califas Omeyas: 711 – 756.
Desde la conquista dependíamos del Califa de Damasco. La capital de Al-Ándalus estaba en Córdoba. Sus gobernadores eran nombrados por califas omeyas. La organización política y administrativa del califato fue una réplica del califato omeya de Damasco. Para facilitar la administración, estaba dividido en zonas o provincias, cada una gobernada por un Valí. En esta etapa las guerras fueron frecuentes tanto civiles (entre árabes y bereberes) como contra cristianos. Los musulmanes fueron derrotados por los francos en la batalla de Poitiers en 732.

El emirato independiente 756 – 929.
En el 750 los omeyas fueron destronados por los abasíes, que trasladaron la capital de Damasco a Bagdad. Hubo un único superviviente omeya que se refugió en Al-Ándalus y en 756 se proclamó emir independiente con el nombre de Abderramán I.
Seguían dependiendo en materia religiosa de Bagdad. El emirato siempre tuvo problemas en la política interna por la diversidad étnica y religiosa de la población:
  • ·        Grupos rebeldes. La familia Banu Qasi eran descendientes de nobles cristianos e intentaron crear un reino independiente en el valle del Ebro junto a la frontera norte con los cristianos. En el sur había otra familia rebelde llamada Omar ben Hafsun, también de origen cristiano, que amenazó durante años desde sus tierras de la Serranía de Ronda al emir de Córdoba.
  • ·      Los cristianos que se habían refugiado en el norte aprovecharon los problemas internos de los musulmanes para consolidar los núcleos de resistencia naciendo los reinos de Asturias y de Pamplona.

El califato de Córdoba (929 – 1031)
En el siglo X, cuando parecía que Al-Ándalus se iba a hundir a causa de las continuas revueltas internas y por el avance de los reinos cristianos, Abderramán III se impuso y consiguió consolidar su poder. Se proclamó Califa en 929 rompiendo todos los vínculos con los califas abbasíes de Bagdad.
El Califa ejercía un poder absoluto ayudado por un Visir (primer ministro), Walíes (gobernadores de provincias) y Cadíes (jueces).

Esta etapa fue la de mayor esplendor político, económico, comercial y cultural. Córdoba se convirtió en la ciudad más importante y poblada de Occidente. El nuevo califato se extendió hasta los musulmanes del norte de África y continuó este esplendor con sucesores como Hixan II y Al Mansur, conocido como Almanzor, que durante 30 años se apoyó en un ejército fuerte para establecer un régimen autoritario y militar. Almanzor realizaba campañas de castigo llamadas razzias a los territorios cristianos del norte para saquear y obtener botín.

Los reinos de taifas y las dinastías norteafricanas (1031 – 1212)
Tras la muerte de Almanzor, Al-Ándalus se dividió en pequeños reinos llamados taifas. Los cinco taifas más poderosos fueron Sevilla, Toledo, Badajoz, Zaragoza y Valencia.
Fue una época de gran esplendor económico y cultural, pero al estar divididos no podían frenar el avance cristiano y tuvieron que pedir ayuda a los musulmanes norteafricanos.
Primero vinieron los almorávides (1086), pueblo musulmán de carácter integrista, que vencieron a los cristianos en la batalla de Sagrajas (1086). Los almorávides reunificaron los reinos pero no duraron mucho. Los cristianos siguieron su avance por lo que llamaron a los almohades en 1145.
Los almohades todavía eran más radicales que los almorávides. Sometieron a todos los taifas y frenaron a los cristianos en la batalla de Alarcos (1195). Los reyes cristianos se unieron y les derrotaron en 1212 en la batalla de las Navas de Tolosa.

El reino nazarí de Granada (1237 – 1492)
Los cristianos empezaron a conquistar toda España excepto el reino de Granada que se había formado en el 1232 por la dinastía nazarí.
Este reino estaba formado por las provincias de Granada, Málaga, Almería y parte de Cádiz. Sobrevivió dos siglos y medio gracias a tres razones:
  • 1.     Por el pago de tributos.
  • 2.     Por su buena situación geográfica (montañas y costa).
  • 3.     Por su numerosa población (andalusíes).

En 1492, se produce la rendición de Granada por el rey Boabdil, que entrega las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos.

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